Polo Lugones: el sino trágico de los suicidios alrededor del "mago" de la picana

    Hjo del poeta Leopoldo Lugones, "Polo" fue el jefe de la Sección de Orden Político de la Policía de la Capital, tras el derrocamiento de Hipólito Yrigoyen a manos del general José Félix Uriburu. Durante su gestión Lugones (h) se destacó por desempolvar viejos métodos de tortura, como la picana eléctrica.

    Policiales26/02/2022télamtélam
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    La escena era un poco vergonzosa: ese hombre, el “poeta nacional”, el orador fascista que supo anunciar la “hora de la espada”, sollozaba arrodillado, con las manos en posición de rezo, ante el presidente Hipólito Yrigoyen. Y apenas una frase brotaba, casi como un gemido, de su boca:

    –Se lo suplico por el honor de la familia…  

    Leopoldo Lugones intercedía así por su único hijo, también bautizado Leopoldo, a quien todos llamaban “Polo”. Aquel muchacho había cometido un desliz: violar niños internados en el Reformatorio de Olivera, del cual él había sido director durante el gobierno de Marcelo T. de Alvear. Y estaba a punto de ser condenado a diez años de cárcel.

    Por entonces –a principios del otoño de 1929– su condición de perverso polimorfo era ya la comidilla de la alta sociedad porteña. Sin embargo había que reconocerle una virtud: su amor por los animales. De hecho, siendo sólo un púber el papá lo sorprendió sodomizando una gallina. La imagen fue difícil de digerir: esa criatura esmirriada, rubicunda y con ojos inyectados en sangre, retorcía el pescuezo del ave para optimizar  semejante “performance” con sus convulsiones de muerte.

    Único fruto de la unión marital del escritor con Juana Agudelo, Polo vio la luz en Buenos Aires a principio de 1897. El progenitor acababa de publicar su primer libro, el poemario "Las montañas de oro", inspirado en el simbolismo francés. Y aún transitaba su etapa socialista.

    Ahora, ya consagrado a los 54 años en el universo de las letras, Lugones le rogaba al Presidente la absolución de su retoño. Incómodo por la situación, el viejo líder radical accedió de mala gana.

    El 6 de septiembre de 1930 Yrigoyen fue derrocado por el general José Félix Uriburu. La proclama golpista había sido redactada por Lugones. “Von Pepe” –tal como le decían al nuevo mandatario por sus simpatías germanófilas– reservaba una misión crucial para el joven Polo.

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