Un sentimiento nacional que copó las calles y parió un mito eterno

El fervor popular por Maradona hizo estallar las adyacencias de Plaza de Mayo para darle un último adiós a uno de los más grandes exponentes del fútbol mundial.

Deportes 25 de noviembre de 2021 télam télam
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Una foto. Un abrazo. Un país futbolero que durante dos días de conmovedora despedida regalaba esa imagen, con el abrazo de dos hombres -uno con la camiseta de Boca, el otro con la de River- a puro llanto, dejaba constancia de que Diego Armando Maradona entraba a la Historia como un actor social que excede al juego de la pelota.

Todo eso y mucho más expresó un pueblo que no durmió esa noche de miércoles, el 25 de noviembre de 2020, para amanecer de tristeza, de silencio y de bronca contenida. Pero también con el renovado grito del mejor gol en la historia de la Copa del Mundo, según el veredicto del planeta fútbol.

Un pueblo, en definitiva, que viajó hacia la Plaza de Mayo desafiando la pandemia en busca de retener en un abrazo imaginario al futbolista que se subió al podio mundial con las pilchas del héroe nacional.

En el reconocimiento generalizado para con el ídolo que regaló juego y talento -y nunca se guardó nada sin darlo- con la camiseta del seleccionado argentino, se robustece entonces la idea de que el abrazo final será no sólo para un astro del fútbol, sino para un abanderado que levantó una Copa Mundial en México tras vencer todos los desafíos.

Hubo larguísimas filas de cuadras y cuadras por la Avenida de Mayo para poder ingresar a la Casa Rosada, en donde un ritual de camisetas y gorritos de todos los clubes de todas las categorías del fútbol argentino -y de Sudamérica y Europa- ratificaron un sentimiento que estaba en el aire: Maradona es de todos.

"Gracias, Diego", se escuchó reiteradamente esa mañana en que hasta los descreídos, los distantes y los que no sabían que lo querían tanto, en realidad le estaban diciendo: No te vayas nunca.

Y al salir de nuevo al sol de la Plaza en esa mañana de jueves, abrazos y más abrazos, como para consolar y consolarse.

El anuncio de que las puertas de la calle Balcarce se cierran a las cuatro de la tarde sí o sí, altera el pulso de la multitud, a sabiendas de que los que están por la 9 de Julio no podrán ingresar. El mal humor atraviesa entonces a una marea que necesita de lo simbólico para plasmar el amor y el dolor que el "10" deja en esas almas huérfanas.

Las redes sociales estallan con millones y millones de mensajes que cruzan el aire: desde Fiorito a Nápoles; de La Boca a Barcelona; de La Paternal a Inglaterra; de Japón a México; de Rosario a Cuba; de Dubai a La Plata. Apenas puntos en un mapa que Diego atravesó con su accionar durante casi medio siglo.

Es el mundo que expresa asombro y desempolva recuerdos: todos tienen su Maradona guardado en una foto, en un video, en un gol, en un tatuaje. Los que lo vieron jugar y los que lo conocieron por la TV. Los que se asombraron en una cancha y los que se imaginan cómo sería eso desde una tribuna repleta y en estado de gracia.

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