La selección de vóleibol tuvo vaivenes y sufrió, pero consiguió una esforzada victoria ante Egipto que la revivió en el Mundial

Después de dos derrotas, consiguió el respiro para avanzar a octavos de final como mejor tercero

Deportes 31 de agosto de 2022 José  Carlos Gómez José Carlos Gómez
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Un rendimiento sumamente irregular, jugadores que a lo largo del torneo mostraron un nivel muy por debajo de lo que su potencial acredita. Facundo Conte, Bruno Lima, Luciano De Cecco... Los líderes de aquella gesta olímpica en Tokio 2020, donde lograron la inolvidable medalla de bronce, son los que tuvieron que cargar sobre sus hombros la responsabilidad y conducir a un grupo de jóvenes y promisorios talentos para sacar adelante un momento delicado del seleccionado argentino en el Mundial de vóleibol de Eslovenia y Polonia. Con muchos vaivenes y lagunas, finalmente la Argentina sacó adelante en el tie break el partido decisivo del Grupo F y ante Egipto logró la primera victoria en el certamen y con ello el derecho a disputar los octavos de final como uno de los mejores terceros.                             Luego de las caídas ante Irán y Países Bajos -ambas por 3 a 2 en circunstancias en las que pudo haber conseguido la victoria-, el conjunto dirigido por Marcelo Méndez sufrió pero se llevó el triunfo ante los egipcios por 27-25, 26-28, 24-26, 25-17 y 15-6. Ahora, el rival para los octavos de final dependerá de lo que depare la jornada y de cómo terminen los otros grupos.                          

Acaso esta alegría pueda haberle inyectado la confianza necesaria y ayude a recuperar la identidad a un equipo que claramente está en formación, con las nuevas generaciones de jugadores intentando fusionarse con los de mayor experiencia.


Bruno Lima fue el mayor anotador del seleccionado nacional con 23 puntos (21 de ataque, 1 de bloqueo y 1 de servicio), seguido de Agustín Loser, con 19, y de Facundo Conte, con 18.

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