Antonio Cafiero y la policía bonaerense heredada de la dictadura

Durante su gestión como gobernador de la provincia de Buenos Aires (entre 1987 y 1991), Cafiero tuvo que hacer frente a la mayor fuerza policial del país, con comisarios con antecedentes de violaciones a los derechos humanos y constantes casos de "gatillo fácil".

Política 12 de septiembre de 2022 télam télam
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Los 100 años del nacimiento de Antonio Cafiero que se cumplen este lunes convocarán al peronismo a repasar, entre los homenajes de rigor, la experiencia de gobierno en la provincia de Buenos Aires entre 1987 y 1991, período en el que la gobernación enfrentó en el área de seguridad uno de los grandes problemas heredados de la dictadura: cómo conducir la fuerza policial más grande del país sin permitirle el autogobierno.

El dilema con el que Cafiero debió lidiar entonces sigue vigente en la actualidad, pero en 1988 irrumpió con tensión a partir de un acuartelamiento iniciado por una extraña falla en la liquidación computarizada de haberes pero que tenía como trasfondo el descontento por las purgas de comisarios con antecedentes de violaciones a los derechos humanos.

Otro elemento que contribuyó al conflicto fue el malestar que generaba entre los mandos de la fuerza el apoyo institucional a que se investigaran los casos de gatillo fácil.

Para el abogado León Arslanian, excamarista del juicio a las Juntas y quien ocupó dos veces la cartera de seguridad en el distrito bonaerense (1998-1999 y 2004-2007), las medidas que se propuso aplicar Cafiero en 1988 con el impulso de su entonces ministro de Gobierno Luis Brunati muestran "coincidencias" con el paquete de reformas que él impulsaría diez años después.

En diálogo con Télam, Arslanian consideró que tanto Brunati como él mismo -y también Juan Pablo Cafiero, cuarto hijo de Antonio- tuvieron en distintas épocas un rasgo común en la gestión pública de la seguridad, el convencimiento sobre "la necesidad de contar con una policía democrática, la policía de un Estado democrático de derecho que respetase la ley, el mando político y la institucionalidad", puntualizó.

"Brunati fue un excelente ministro y él tuvo, por cierto, una decisión política y una idea política de reencauzar una policía que estaba sin gobierno, o una policía autogobernada como era entonces la policía de la provincia de Buenos Aires. En ese sentido, tomó medidas conducentes, importantes, así que yo rescato eso", dijo Arslanian sobre la labor realizada en el primer tramo de la gobernación de Cafiero.

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