En un mes donde se dictaron dos sentencias clave, la de los "Vuelos de la muerte" y la Megacausa de Campo de Mayo, sumado a una reciente publicación de la Secretaría de Derechos Humanos sobre la responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad, especialistas hablaron con Télam sobre los principales hallazgos y desafíos de la temática.
El vínculo que existió entre las Fuerzas Armadas y sectores del empresariado argentino requiere, ante todo, tener presente al actor social al que identificaron como "enemigo interno", la clase trabajadora movilizada y sus organizaciones sindicales, dado su rol central de resistencia a las profundas transformaciones socio-económicas y la pérdida de derechos adquiridos en ese momento.
El trabajo "Responsabilidad empresarial en las violaciones de derechos humanos en Argentina", publicado recientemente por la Secretaría de DD.HH, retoma una investigación efectuada en 2015 en conjunto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y el programa Verdad y Justicia, que revela un denominador común, así como particularidades distintivas, en el accionar persecutorio de 25 empresas de seis regiones del país contra sus trabajadores.
El alto índice de secuestros producidos en lugares de trabajo, la entrega de documentación privada de los trabajadores a las fuerzas represivas, la provisión de recursos logísticos o la presencia de altos funcionarios corporativos en los procesos represivos dejó entrever en aquella investigación un modelo de funcionamiento que se fue profundizando con las nuevas evidencias, testimonios y juicios en curso al día de hoy.
"Pasar de la comprobación de la responsabilidad de una estructura empresarial en delitos de lesa humanidad a la responsabilidad de imputados específicos es un proceso que lleva un enorme trabajo", explicó a Télam la coordinadora de la Unidad Especial de Investigación de Delitos de Lesa Humanidad Cometidos con Motivación Económica, Victoria Basualdo.
Basualdo detalló que se requiere "plantear el juicio de otra manera, preguntarle a los trabajadores por cosas que nunca les preguntaron para entender la lógica interna de la fábrica, sus estructuras de poder y así reconstruir la cadena de responsabilidades dentro de la empresa y las distintas formas de involucramiento empresarial en la represión".