Historias de amor, locura y muerte en el Club Argentino de Ajedrez

Desde muy chico, el autor de esta nota fue asiduo concurrente al Club Argentino de Ajedrez, la meca para los amantes de los tableros. Hoy recuerda las huellas que quedaron allí del enfrentamiento entre el ruso Alexander Alekhine y el cubano José Raúl Capablanca, el duelo entre Bobby Fischer y Tigran Petrosian y, en especial, el final sangriento de un amor no correspondido.

Policiales 15 de enero de 2022 télam télam
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Nadie sabía el nombre de pila del individuo que se apellidaba Magliarella. Fue en 1971 cuando cumplió dos décadas en la conserjería del Club Argentino de Ajedrez, que aún hoy funciona en una elegante casona de la calle Paraguay, a metros de Callao. Él se encargaba de abrir sus puertas, de atender el teléfono y de cobrar las cuotas, cosa que hacía a domicilio. Por esa razón, una vez al mes acostumbraba a tocar el timbre de mi casa familiar.

Yo tenía 13 años y le dedicaba al juego ciencia más atención que a mis estudios. Tanto es así que todas las tardes acudía al club a despuntar ese vicio.

Recuerdo cuando Magliarella me entregó mi carnet de socio. En aquella ocasión, así como al pasar, me dijo:

–Acompañame, pibe. Quiero mostrarte algo.

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