De Falú a Gíntoli entre el folclore, Vivaldi y Piazzolla

Mientras el guitarrista y compositor tucumano transitó los géneros folclóricos, el violinista propuso el notable espectáculo capaz de reunir a Vivaldi y Piazzolla.

Espectáculos 31 de octubre de 2021 télam télam
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Los conciertos de Juan Falú y del Cuarteto Estación Buenos Aires liderado por Rafael Gíntoli descollaron en la tercera jornada del Festival Internacional de Música Bariloche (FIMBA), donde cada uno en su particular registro, exhibió caminos posibles para alcanzar la belleza.

Mientras el guitarrista y compositor tucumano transitó los géneros folclóricos y el violinista propuso el notable espectáculo capaz de reunir a Vivaldi y Piazzolla, ambas propuestas localizadas en el Teatro La Baita se ligaron en su apego por formas destinadas a encantar sin artificios.

Fue en ese ejercicio –en apariencia distante pero hondamente compartido por ambas propuestas- que esta segunda edición del festival promovido por la Secretaría de Cultura de Río Negro exhibió una de sus facetas más hondas e intransferibles desde la propia libertad que respira el ciclo.

Falú fue el encargado de abrir el viernes melómano desde las 18.30 con un concierto que lo unió con parte de la Orquesta Filarmónica de Río Negro (OFRN) en un cruce capaz de poner de manifiesto cuánto de común puede haber cuando la música vuela, sea del origen o del género que sea.

Falú fue el encargado de abrir el viernes melómano desde las 18.30 con un concierto que lo unió con parte de la Orquesta Filarmónica de Río Negro

“Muchas gracias por haber sido invitado al festival y volver a tocar con una orquesta con la que me siento muy a gusto”, saludó el artista, de 73 años, antes de empezar a enhebrar la magia entre las cuerdas de su guitarra.

Con la sabia paciencia de un sonido que halla sus tiempos y sus silencios para dar forma a una expresión siempre conmovedora, la guarania “Que lo diga el río” marcó el rumbo estético de un repertorio aunque, en ese caso, Falú tocó en solitario.

Con la escena todavía en estado de gracia, anunció pícaramente: “Ahora voy a hacer dos suites, una de composiciones individuales que yo agrupé, y la otra, con la que voy a empezar, que es original para guitarra, flauta y cuerdas y aún sin nombre, por lo que digo que es el estreno mundial cada vez que la tocamos”.

Y junto a las cuerdas de la formación dirigida por Martín Fraile y la flauta de Leonardo Spelzini, el vasto conocimiento del territorio sonoro que abraza el autor se fue desplegando en un diálogo donde la guitarra hallaba su espacio incluso entre los pasajes más contundentes de la orquesta.

“Los arreglos de estas obras fueron audazmente escritos por mí pero estos otros, bien escritos, son de Andrés Pilar, un gran músico que por suerte está entre nosotros”, dijo antes de envolverse en un nuevo repertorio compartido.

El gato “Agarrado”, la zamba “Taficeña” y el bailecito “Buena yunta” iniciaron ese segmento con especies nativas puras pero releídas con un pulso tan personal como capaz de interpelar ese legado.

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